Durante mis días de soltera, me imaginaba que mi futuro marido sería guapo, ingenioso, inteligente y sensible sin ser apocado. Afortunadamente, el hombre con el que me casé es todo eso y, además, es económicamente responsable.
Al principio me resistí a su forma de ahorrar, pero desde entonces he aprendido a aceptar su mentalidad fiscal porque es lo mejor para nuestra estabilidad a largo plazo.
Por desgracia, los problemas de dinero son habituales y suelen provocar peleas entre la pareja.
Una vez que los niños se unen a la contienda, el dinero se vuelve aún más escaso que antes de la paternidad. Naturalmente, las diversas obligaciones financieras a las que se enfrenta cada familia pueden provocar noches de insomnio.
Ahora mismo, muchas familias viven al día, por lo que es importante que las parejas se informen sobre todo lo relacionado con el dinero.
1: ¿Puedo permitirme quedarme en casa después de que nazca el bebé?
La situación económica de cada persona es diferente, así que es imposible responder a esta pregunta de forma generalizada. Las familias con muchas deudas, como préstamos escolares, pagos del coche o facturas de tarjetas de crédito, probablemente tendrán más dificultades para adaptarse a un solo ingreso que una familia que sólo tiene una hipoteca y gastos imprevistos.
En primer lugar, analiza detenidamente tus gastos actuales y asegúrate de tener en cuenta los costes inminentes de la guardería y otros gastos del bebé para ver cómo cambiarán las cosas. A continuación, pasa varios meses antes de dejar tu trabajo viviendo con el presupuesto que pretendes adoptar.
Tendrás que hacer algunos ajustes en tu estilo de vida, pero apretarte el cinturón te dará una idea más clara de cómo será la vida con un solo sueldo; además, ahorrarás un dinero muy necesario en el proceso.
Muchos asesores financieros abogan por el sistema de “sólo efectivo” porque es más difícil desprenderse del dinero en efectivo que pasar la tarjeta de crédito, y te hace más consciente de lo que gastas.
2: ¿Puedo reducir los gastos de alimentación y ropa de mi familia?
Puedes reducir los gastos de alimentación sin recurrir a vivir de judías enlatadas y fideos ramen.
Con un poco de esfuerzo adicional, es posible reducir considerablemente los gastos de alimentación y ropa. En los últimos años, los cupones se han puesto de moda entre los que tienen ingresos fijos, así que considera la posibilidad de pedir consejos a un amigo o incluso de asistir a un seminario.
En la misma línea, acostúmbrese a planificar las comidas con antelación, de modo que sólo compre lo que necesita para las comidas y las cenas, en lugar de un montón de cosas al azar que se le antojen. A continuación, considera la posibilidad de eliminar de tu lista los artículos innecesarios. Por ejemplo, en lugar de gastar dinero en agua embotellada, llena tu propio recipiente reutilizable.
En cuanto a la ropa, analiza con sinceridad lo que tus hijos realmente necesitan. Un par de pares de zapatos es suficiente para cada persona, así que resiste el impulso de promover el armario de tu hija al estatus de Carrie Bradshaw.
Además, adopta la mentalidad de “nuevo para mí” comprando ropa usada en tiendas de segunda mano o en ventas de consignación. Otras buenas opciones son los intercambios de ropa con otras madres y la búsqueda en Internet de ofertas que no se encuentran en las tiendas.
3: ¿Cómo debe ser un presupuesto familiar?
Las finanzas de cada familia son variables, así que tu presupuesto ideal depende realmente de tus gastos particulares.
Considera la posibilidad de utilizar una herramienta de presupuesto en línea que te permita introducir tus gastos estimados para cosas que permanecen iguales (hipoteca, pagos del coche) y que cambian cada mes (servicios públicos, tarjeta de crédito, comestibles).
El gurú de las finanzas y el ahorro, Clark Howard, confía en las herramientas gratuitas de presupuestación como Mint.com, que permite hacer un seguimiento del destino de tu dinero e incluso te informa de si te estás acercando a tu límite de gasto.
Según CNBC, el presupuesto familiar ideal debería desglosarse así
- 30 por ciento a la vivienda
- 18 por ciento para el transporte y los artículos relacionados (cambios de aceite, gasolina, otro tipo de mantenimiento)
- 10 por ciento a la deuda
- 14 por ciento a alimentos y otras necesidades diarias
- 7% a las facturas del hogar (cable, electricidad, etc.)
- 10 por ciento a ahorros a corto y largo plazo
- 11 por ciento a gastos varios, como el cuidado de los niños, regalos de cumpleaños, obras de caridad, etc.
4: ¿Qué se considera deuda?
Mucha gente piensa que las hipotecas y los pagos del coche son males necesarios, por lo que no cuentan como deuda de la misma manera que los préstamos. Por desgracia, se equivocan.
Cualquier cosa que no puedas pagar en su totalidad al final de cada mes es una deuda. Así que, a menos que puedas pagar en efectivo toda tu casa, estás endeudado.
El experto en reducción de deudas Dave Ramsey aboga por el “Plan de Bola de Nieve de Deudas”. Simplemente elige una deuda concreta para abordarla cada vez, empezando por la más pequeña y subiendo.
Cada vez que pagues una factura específica te sentirás con más energía para seguir trabajando para salir de los números rojos. Por supuesto, tendrá que hacer los pagos mínimos de todas las demás facturas para evitar los intereses y los recargos por demora.
Este y todos los demás enfoques llevarán tiempo, pero salir de las deudas es fundamental para la viabilidad financiera a largo plazo, así que no pierdas el rumbo.
5: ¿Debo ahorrar para la jubilación o para la universidad?
La respuesta corta y dulce es la jubilación. Si es necesario, tus hijos siempre pueden pedir préstamos estudiantiles asequibles para cubrir los gastos relacionados con la educación.
Sin embargo, si no ahorras para la jubilación, corres el riesgo de trabajar hasta bien entrada la edad dorada cuando deberías centrarte en tu salud y en tus nietos.
Además, no ahorrar para la jubilación es arriesgado porque los gastos sanitarios y de otra índole se acumulan a medida que se envejece.
Si tu y tu marido no planifican los gastos de la tercera edad, corren el riesgo de que sus hijos paguen la factura por ustedes.
6: ¿Cómo pueden las madres solteras llegar a fin de mes y seguir ahorrando?
Las madres solteras tienen todas las responsabilidades de un hogar biparental, pero a menudo con menos ayuda, o incluso sin ella, de nadie más. Para todo el mundo, no sólo para las madres solteras, pagar las facturas y tener algo de dinero para ahorrar es cuestión de vivir dentro de tus posibilidades.
Para ir por el buen camino, crea un presupuesto realista y ajústate a él lo más estrictamente posible. Si te encuentras en el extremo inferior de la escala de ingresos, asegúrate de investigar y solicitar opciones de asistencia gubernamental.
No hay que avergonzarse de aceptar ayudas, sobre todo si ayudan a tu familia a establecer un futuro sólido. Por último, cobra la manutención de los hijos cuando corresponda y asegúrate de que los términos están por escrito en caso de morosidad.
7: ¿Debo considerar la posibilidad de invertir mi dinero?
Dada la naturaleza volátil del mercado de valores, es fácil tener miedo de invertir, pero hacerlo puede ser rentable a largo plazo. En resumen, siempre es mejor seleccionar oportunidades de inversión que te ayuden a evitar el pago de impuestos y poner tu dinero en algo que gane más intereses que tu cuenta de ahorros estándar.
Hay muchas opciones de bajo riesgo para las personas que no quieren arriesgarse en el mercado de valores, pero que aún esperan obtener dividendos.
Las oportunidades de inversión son numerosas, por lo que suele ser mejor reunirse con un experto para identificar las opciones que mejor se adaptan a tus necesidades. Algunas de las selecciones son los planes de jubilación 401(k), los futuros, los fondos de inversión, las cuentas IRA Roth, los certificados de depósito, las acciones y los bonos.
Sin embargo, algunos planes de inversión cobran penalizaciones si retiras los fondos antes de la jubilación, así que asegúrate de que sigues teniendo muchos ahorros disponibles en un formato accesible para las emergencias.
8: ¿Podemos permitirnos unas vacaciones?
Por supuesto que sí. Pero si el dinero es escaso, puede que tengas que esforzarte un poco más para encontrar una oferta con la que puedas vivir. Una vez que elijas el destino, busca un lugar donde alojarte que ofrezca descuentos, noches gratis si te quedas un mínimo y tarifas reducidas en las atracciones locales.
Si tiene que volar, intente ser flexible con las fechas, ya que ciertos días de la semana son más baratos que otros, dependiendo del lugar al que vaya y de la aerolínea que utilice.
Además, los meses de menor afluencia son más baratos. Así, si quieres ir a Disney World, evita las vacaciones de primavera y las semanas cercanas a la Navidad. Además, se perderá muchas de las multitudes. Si un destino lejano sigue siendo demasiado caro, piensa en unas “vacaciones en casa”.
Por ejemplo, acude a un camping local o pasa un fin de semana disfrutando de las vistas de la gran ciudad más cercana.
9: ¿Cómo puedo enseñar a mis hijos a no cometer los mismos errores monetarios que yo?
Los adultos jóvenes a menudo se meten en líos financieros a una edad terriblemente temprana. Ayude a sus hijos a evitar el estigma del mal crédito comenzando su educación financiera a una edad temprana. En primer lugar, dé un buen ejemplo no gastando dinero en cosas que no necesita y pagando siempre las facturas a tiempo.
Aunque creas que no te prestan atención, probablemente lo hagan.
Los niños de preescolar disfrutan recogiendo las monedas que les sobran en una hucha o en una caja registradora de juguete. Una vez que tus hijos llegan a la edad escolar, son capaces de ganarse una asignación por realizar tareas predeterminadas.
Los preadolescentes y los adolescentes son lo suficientemente mayores como para entender que deben pagar por ciertas cosas ellos mismos, en lugar de esperar siempre que tú pagues la factura de las salidas al cine y al centro comercial.
Anímales a que ahorren su dinero y a que ganen un dinero extra haciendo de canguro o realizando tareas domésticas. Acompaña a los adolescentes mayores a abrir una cuenta bancaria y ayúdales a llevar un control de sus ingresos, gastos e intereses acumulados.
10: ¿Necesito realmente un seguro de vida?
Lo más probable es que la respuesta a esta pregunta sea un rotundo “sí”. Las personas que no tienen personas a su cargo no necesitan preocuparse tanto por el seguro de vida, pero si algo le ocurre a uno o a ambos padres, seguirá habiendo gastos que pagar e hijos que criar.
Por supuesto, la cantidad de seguro que necesita una persona determinada varía en función de las deudas, los gastos y otros factores.
Clark Howard recomienda adquirir un seguro de vida por un importe equivalente a 10 veces el salario anual, especialmente si se tiene una hipoteca. Las madres que se quedan en casa también deberían estar cubiertas, ya que el cuidado de los niños es escandalosamente caro.
Muchos empleadores ofrecen al personal la opción de contratar un seguro de vida a través de una empresa determinada, y algunos incluso dan una cantidad fija a cada empleado. Si opta por otra vía, asegúrese de investigar a fondo las compañías financieramente solventes que presumen de primas bajas y altas calificaciones.
Lea siempre la letra pequeña y comprenda las condiciones de su póliza para evitar sorpresas desagradables en el futuro.
Con suerte, esta es una salvaguarda de la que nunca tendrá que aprovecharse, pero es importante de todos modos.