Independientemente de lo grande o pequeño que sea tu jardín y de las plantas ornamentales o comestibles que cultives en él, necesitas humus.
El humus es lo que transforma la tierra estéril en suelo fértil para que las plantas puedan crecer. En la naturaleza, la adición de humus al suelo se produce por sí sola a medida que se descomponen los restos de plantas, animales muertos y otras materias orgánicas.
En las zonas boscosas, el suelo es naturalmente rico en humus y fértil, mientras que en las zonas con escasa vegetación, como la costa o el desierto, el suelo contiene muy poco humus y es infértil.
En los patios de la mayoría de la gente, no hay mucha vegetación que se descomponga de forma natural para producir humus.
Descubre por qué es tan importante añadir humus al suelo y qué puedes hacer como jardinero para aumentar el humus de tu suelo.
¿Qué es el humus?
El humus es la sustancia que queda después de que las plantas y los animales hayan sufrido un largo proceso de descomposición a fondo realizado por lombrices, bacterias, hongos y otros microorganismos. Se encuentra en los primeros centímetros del suelo. El color del humus es marrón o negro, y tiene una textura suelta, desmenuzable y esponjosa.
El humus contiene los elementos necesarios para el crecimiento de las plantas: nitrógeno, fósforo, azufre, calcio, magnesio y potasio. La composición química del humus varía en función del material vegetal y animal original.
¿Por qué es importante el humus?
Hay varias razones por las que el humus es crucial para la salud del suelo. El humus contiene importantes nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas, incluido el nitrógeno. Y no es sólo que el humus contenga nitrógeno, sino que lo proporciona en una forma muy aprovechable para las plantas.
El humus también da al suelo la estructura necesaria y una textura desmenuzada y suelta para que el oxígeno pueda entrar y llegar a las raíces de las plantas. Además, el humus permite que el agua se mueva a través de él, que es la característica clave de un suelo bien drenado, y al mismo tiempo absorbe y retiene el agua.
El contenido de humus en el suelo puede desajustarse fácilmente porque el cultivo de alimentos, césped y plantas ornamentales agota rápidamente el humus. Es necesario reponerlo, pero en nuestros patios y jardines es habitual, aunque a menudo no es necesario por razones hortícolas, eliminar los residuos vegetales, como los recortes de hierba, las partes secas de las plantas o la hojarasca, en lugar de dejarlos en su sitio para que se descompongan y se conviertan en humus.
Además, la exposición al sol, el viento y las lluvias fuertes, así como la eliminación de la capa superior del suelo al desbrozar, pueden reducir aún más el contenido de humus del suelo. Para mantener el suelo fértil y suelto, hay que reponer el humus cada año.
La simple adición de fertilizantes al suelo no es una solución viable, porque el humus hace algo más que añadir nutrientes; también da estructura y textura al suelo.
El fertilizante tampoco hace nada para apoyar la actividad de los microorganismos, que son cruciales para convertir la materia orgánica en nutrientes utilizables para las plantas.
¿Cómo se hace el humus?
El humus puede fabricarse de dos maneras diferentes: de forma natural y mediante la recogida de materia orgánica por parte de los humanos -compostando- o dejándola en su sitio y dejando que se descomponga para añadirla después al suelo. Independientemente de si se trata de la madre naturaleza o de los jardineros, el proceso de fabricación del humus es el mismo.
Los materiales vegetales y animales apilados se descomponen en una amplia gama de condiciones ambientales. En la naturaleza, el humus se produce durante un periodo de tiempo más largo. En el caso del humus hecho por el hombre, la aireación, la cantidad adecuada de humedad y el calor en una pila o contenedor de compost aceleran el proceso de descomposición.
En las primeras etapas de la descomposición, parte del carbono, el hidrógeno, el oxígeno y el nitrógeno de los materiales en descomposición se liberan en forma de agua, dióxido de carbono, metano y amoníaco, lo que crea el típico olor a abono podrido. A medida que la descomposición avanza, los materiales orgánicos se descomponen en formas más estables de nutrientes que las plantas pueden utilizar como alimento.
Humus vs. Compost
El compost es una de las fuentes de humus, el que ha sido creado por el hombre. El humus, por otro lado, es el término general para el material vegetal totalmente descompuesto que está presente de forma natural en la capa superior del suelo o que ha sido añadido por los humanos.
Los materiales orgánicos de un cubo de compostaje son mucho más diversos que los que se acumulan de forma natural en un lugar determinado a partir de las hojas de los árboles y otros residuos vegetales y animales.
Un cubo de compostaje se compone de una acumulación de residuos de alimentos que no se encontraría en la naturaleza, por eso es importante equilibrar los materiales “marrones” y verdes, añadir humedad y girar el compost para que tenga éxito.
Cómo utilizar el humus en el jardín
El humus es indispensable para el crecimiento de las plantas, pero añadir demasiada materia orgánica o en la forma incorrecta hace más daño que bien. El humus constituye sólo del 3 al 6 por ciento del suelo productivo utilizado para los cultivos1. Es poco probable que con una adición anual de humus a su jardín se arriesgue a sobrecargar el suelo con más nutrientes de los que las plantas son capaces de utilizar.
La única forma fiable de determinar el contenido de nutrientes en el suelo de su jardín es un análisis del suelo, idealmente dos años seguidos. Eso le dará una línea de base para determinar cómo la adición de humus está afectando al contenido de nutrientes.
La adición de mucha materia orgánica que no se ha descompuesto del todo, como las astillas de madera frescas, puede provocar una deficiencia temporal de nitrógeno2. A medida que aumenta el número de bacterias en el suelo y éstas trabajan para descomponer la materia orgánica, retienen el nitrógeno. Una vez que la materia orgánica se descompone, el nitrógeno se libera de nuevo al suelo.